Al principio la convivencia puede ser maravillosa, pero poco a poco la rutina va haciendo acto de presencia y los mundanos quehaceres del día a día arruinarán vuestro nidito de amor. Lo sé porque lo he vivido y porque lo veo cada día en mis amigas emparejadas, pero por si no sabes de lo que te hablo, aquí va un resumen sobre las 10 conversaciones más aburridas que tendrás con tu pareja. Que sí, que al principio todo son risas y conversaciones cultas y trascendentales, pero luego…
1. La lista de la compra. La lista de la compra es buena prueba de ello de lo que te decía antes: ¿qué hay más divertido que gritarse de punta a punta de la casa que no queda papel higiénico o que se han acabado las berenjenas?
2. Qué ponen esta noche en la tele. No solo es un temazo que suele dar lugar a discusiones de todo tipo —especialmente cuando los hits son el fútbol o realities diversos— sino que, además, pone de manifiesto lo sosa que se ha vuelto tu vida, especialmente cuando estáis discutiendo sobre eso un sábado por la noche en pijama y zapatillas.
3. Dónde pasamos las vacaciones de verano. Una charla tediosa donde las haya y que, además, suele acabar en discusión, especialmente cuando hay padres de por medio. Tú querrías escaparte un mes a Tailandia, pero ya sabes, la suegra se queja de que nunca vais a verla…
4. ¿Y Navidad? Otro clásico de las conversaciones aburridas. Tú recuerdas con nostalgia las épicas fiestas navideñas con tus amigas mientras tu pareja insiste en que tenéis que ir a cenar a casa de la tía Mari, que es tradición en la familia y si no vais le daréis las fiestas.
5. Hay que pintar el comedor. O el salón, o lo que sea. El mantenimiento del hogar es otro tema aburrido por el que tendrás que pasar sí o sí aunque no quieras. 6. Las finanzas caseras. Esto es de lo más típico: a ti se te va la mano con la Visa y él se sube por las paredes, o viceversa. Y llega el día de hacer balance. Cada mes la misma conversación insulsa y sin resultados aparentes.
7. ¿No te aburres de lo mismo de siempre? Esta suele ser aburrida porque ya sabes cómo acabará: te mirará sin entender, y tú sabrás que en el fondo está pensando que el misionero ya está bien y que cuando tienes ganas de que te den candela, el perrito está perfectamente. Lo mejor: no decir nada y tomar tú la iniciativa. ¡Te ahorrarás muchas discusiones!
8. Tres son multitud. Hablar sobre el futuro suele ser una conversación típica que todas las parejas afrontan con demasiada asiduidad: los hijos, cambiar de residencia y un sinfín de temas que te estresarán sin remedio.
9. La mesa sin recoger y la ropa sin doblar. Consensuar quién hace qué es una conversación que tendréis, más o menos, cada mes: os aburriréis, no os escucharéis, cada cual seguirá haciendo lo que le dé la gana… Y vuelta a empezar.
10. En general, cualquier conversación que requiera pactar para mantener la convivencia será aburrida. Esto es así, y lo sabes.
Pero eh, que vivir en pareja no está tan mal, ¡en serio! Aquí, cada cual tiene sus razones para convencerse.